miércoles, 3 de julio de 2013

Taller de formación de espectadores por Roger Koza


"Diez años atrás, tal vez más, leí la siguiente declaración del cineasta iraní Abbas Kiarostami: “Tenemos un dicho persa para el momento en el que alguien está mirando algo con una verdadera intensidad: <<Él tiene sus dos ojos y ha tomado prestado dos más>>. Esos ojos que han sido prestados son los que quiero capturar." 
                                                                                                                     Roger Koza 

En este taller intentaremos explorar esta concepción de Kiarostami en torno a la construcción de un espectador (activo). Se trataría entonces ya no sólo de pensar las diferentes poéticas de cine que pueden detectarse en el cine que vemos sino, incluso, de sugerir tímidamente una poética del espectador; es decir, ensayar libremente un análisis sobre cómo se mira una película, lo que implica examinar las categorías que se ponen en juego en la historia secreta de una mirada, la de cada espectador, la que no siempre ha sido elegida y determinada a voluntad.
                                   5 Ejemplos, 5 dilemas, 5 herramientas en dos horas.

Recomendamos para aquellos interesados, una nota del realizador del taller Roger Koza : ¿El cine puede hacernos más libres? http://ojosabiertos.wordpress.com/category/ensayo/page/6/



 Apuntes del Taller
Formación de espectadores

Para mirar se necesitan más que un par de ojos

El crítico y programador de festivales internacionales, Roger Koza, “prestó su mirada” a los asistentes del taller de espectadores organizado desde el Proyecto de Extensión “Experiencias cinematográficas, territorios del cine” que se realizó el 28 de agosto en la Facultad de Ciencias de la Educación. Uno de los temas principales fue la dimensión sonora de los films.

Franco Giorda

Como punto de partida Roger Koza planteó el problema de la supuesta asimetría que se genera en el acto de comunicar o en el hecho de que alguien hable y los demás escuchen (o que alguien muestre y los demás vean). El crítico puso en cuestión la idea de que uno sepa y los otros aprendan en el marco de una relación desigual. Al mismo tiempo, planteó la duda en cuanto a la formación de espectadores ya que es una idea polémica en el marco de la experiencia cinematográfica.
En el taller denominado “Alguna vez Kiarostami me prestó sus ojos”, Koza dejó planteadas éstas y otras cuestiones frente a las cuales asumió posición al tiempo que servían de invitación para pensar, dialogar e, incluso, disentir en relación al conocimiento, la ética y la belleza que implican la imagen y el sonido.
Koza explicó que el título del taller surge de los dichos del director iraní quien, en alguna oportunidad, apeló a un refrán acuñado por el pueblo persa que afirma que para ver con intensidad se necesita otro par de ojos además de los propios. “Hay que pedir otro set de ojos. Alguien nos tiene que prestar su mirada. Se trata de una transacción extraña” dijo al respecto Koza.
A lo largo de su exposición, el programador de los festivales de Hamburgo y de la Universidad Nacional Autónoma de Méjico acompañó su discurso con el movimiento enfático de las manos. Las palabras fueron completadas con imágenes invisibles creadas por el accionar de sus brazos en el aire. Desde el universo que contiene la máxima apertura de las articulaciones hasta la compresión de un puño cerrado se podía “ver” su oralidad.

SONIDO. El énfasis de la charla organizada por el Proyecto de extensión “Experiencias cinematográficas, territorios del cine” de la FCE estuvo puesto en la dimensión sonora del cine. Una de las razones de esta decisión de Koza es que el sonido es una zona poco abordada por los críticos, la teoría cinematográfica y los propios realizadores.
Sin embargo, cine es un conjunto de dos órdenes yuxtapuestos: la imagen y el sonido. El material elegido para remarcar esta afirmación fue “Shirin” de Kiarostami. Allí pudo apreciarse una “disfunción” entre la imagen y el sonido. Se veía una cosa y se escuchaba otra. Aunque una con otra podían converger en la dimensión cinematográfica. Se trata de dos estímulos de nuestro aparato perceptivo reunidos en la pantalla. “El sonido no necesariamente refuerza la imagen” concluyó Koza.
Otra de sus apreciaciones fue que se puede ingresar a las películas a través de los sonidos. Esto provoca un descentramiento de la percepción habitual y puede habilitar a hacer conciente el trabajo elaborado “por fuera” de la imagen.
Debido a los nuevos sistemas de audio, en la actualidad la experiencia del sonido está fragmentada, sostuvo el crítico. Esto no es un problema en sí mismo. Sin embargo, si pasa desapercibido o es naturalizado se corre el riesgo de perder de vista (o de oído) que el sonido y la música son un conjunto. En relación a esto, Koza planteó el hecho de cómo es que se filma a los músicos haciendo música y de cómo se le da visibilidad al sonido. En este marco, trajo a colación “La vida útil” del uruguayo Federico Veiroj.

PLANOS. “El plano es el encuadre de un mundo en movimiento” definió Koza. Los planos iniciales de una película son fundamentales, son la invitación a un universo. El centro del plano es el centro de gravedad de la atención pero, sin dudas, que hay mucha más información en una toma. Por este motivo, es que se puede ingresar desde diferentes lugares a la experiencia cinematográfica, dedujo el expositor.
Dentro del plano se puede ver, por ejemplo, cómo se habita el espacio y cómo entra el sonido en escena. El plano es la conciencia del director. En esta secuencia se vieron planos de las películas Código Desconocido (Michael Haneke) y Rosetta (Jean-Pierre y Luc Dardenne).

AL PASAR. Durante el encuentro desarrollado en el auditorio Rodolfo Walsh, Koza deslizó conceptos y convicción en relación al cine. Por ejemplo, dijo que “la división entre cine de arte e industrial es sospechosa”. En este sentido, afirmó que “Hollywood no es todo lo mismo” e hizo referencia a “una aristocracia secreta del propio gusto”. Por eso, propuso la idea nietzscheana de “pensar contra uno mismo”.
En vistas a no cristalizar las producciones, también dijo que “las películas son móviles, pueden funcionar en el universo de uno mismo de diferente modo según sea el momento en que se vean. Esto es parte de pensarse como espectador. Las certezas más queridas no se mueven pero aparecen nuevos juegos en la observación”.
En otro momento, se refirió a las formas de presentar las películas ante los financistas y en los festivales. La conclusión fue que las formas de hacer y presentar las obras son políticas.
En cuanto a la potencia del cine, dijo que los directores dicen más cosas que las que se plantean. Así es que las películas pueden ser más inteligentes que sus realizadores. Esto ocurre porque en los planos aparecen zonas del inconciente. Muchas veces, esto se comprueba en las entrevistas o en el diálogo con espectadores cuando los directores terminan por hacer conciente lo que filman.
En relación a la conciencia, Koza manifestó interés en aquellos que explicitan su pertenencia de clase. Dijo que esto es más bien raro en los cineastas y consideró que tendría que ser más frecuente en el caso de los documentalistas. De todos modos, esto siempre aparece de algún modo, agregó.

ARGUMENTOS. La historia que cuenta una película puede no ser lo más importante, juzgó Koza. Ésta puede ser mínima, sin embargo, lo que es maximalista es la experiencia visual y sonora. En este sentido, se pronunció en contra de la dictadura del argumento. “Reducir el cine al guión es una manera de perderse el universo que se pone en juego” afirmó. La experiencia estética demuestra que a un film se puede entrar por su completud o por sus partes autónomas. Se puede ingresar por una mirada descentrada del centro de gravedad del plano.

CINEFILIA. A partir de la pregunta de una de las asistentes al taller, Koza desarrolló el concepto de “cinefilia”. Así fue que dio cuenta de su historicidad, de los distintos tipos que existen y también dijo que se trata de un modo de tener una experiencia del mundo. También hizo alusión a su etimología.

FORMACIÓN. Consideró ineludible para los que están interesados en el cine la combinación del visionado con la lectura de la palabra escrita. El cine nació al lado de los textos y éstos recuperan la imagen. También afirmó que el aprendizaje colectivo es insustituible. Por ejemplo, ver comedias con otros ayuda a descubrir el humor donde uno no lo puede apreciar. La risa de los demás es la señal de esos terrenos humorísticos.

PRESTADOS. Fue así que durante casi cuatro horas, Koza prestó su mirada al auditorio para ver la poética del cine y del propio espectador (activo). La expectativa de “de ensayar un análisis sobre cómo se mira una película, lo que implica examinar las categorías que se ponen en juego en la historia secreta de una mirada, la de cada espectador, la que no siempre ha sido elegida y determinada a voluntad” fue colmada.